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domingo, 13 de octubre de 2013

Curso de Cocina para aficionados


Preparemos tres (03) platos por clases 

Horario: 6:00pm a 9:00pm 

Contenido programático:

CLASE 01: Cortes de vegetales. 
CLASE 02: Deshueso de pollo. 
CLASE 03: Términos de cocción. 
CLASE 04: Ensaladas. 
CLASE 05: Sopas y cremas. 
CLASE 06: Masa para pan. 
CLASE 07: Tortas. 
CLASE 08: Postres. 

Cada ítem es un día de clase en total: 08 

Inscripción: 250,00.
Mensualidad: 500,00. 
0274-2512457 & 02744170677
@infococineros #infococineros

Carne a la Petareña



Ingredientes:

½ kg de pulpa negra en bisteck.
1 cebolla rallada.
1 limón.
Sal
Cominos.
5 ajíes dulce.

Preparación:

Limpiemos bien la carne, sazonamos con sal, cominos, limón y ajíes. Al estar adobada colocaremos la cebolla rallada y dejaremos macerar por un espacio de 20 minutos. Seguidamente la colocaremos en la sartén con poco aceite, vamos volteándola hasta dejarla a su cocción de su preferencia.

Por:
Yorman Ramirez
Mérida – Venezuela

@Infococineros #infococineros

domingo, 28 de julio de 2013

Sancocho de Zapoara Típico del Estado Bolívar


Ingredientes:

Cambur manzano verde.
2 limones.
Bollitos de maíz.
Yuca.
Ocumo.
Zapoara.
4 Ají dulce.
Jojoto tierno.

Modo de prepararlo:

En una olla con agua colocaremos toda clase de verduras a cocinar con cebolla, ajo, ajo porro y los ingredientes anteriores cuando estén blanditas se coloca la Zapoara partida en pedazos muy grandes, antes de ponerla se escama y se lava muy bien, se deja que se ablande y a la vez forme un buen caldo, se sirve como todos los sancochos con las verduras aparte.

Por:
Yorman Ramirez
Mérida – Venezuela
@PrensaCglaca.

lunes, 22 de julio de 2013

Torta de zanahoria con nueces


Ingredientes:

1 kg de zanahorias peladas y sancochadas
3 tazas de azúcar
3 cucharadas de mantequilla derretida
3 huevos
2½ tazas de harina
¼ taza de leche completa
½ taza de pasas
100 gr. De nueces (picadas)

Preparación:

Levantamos a punto de nieve las claras de los huevos y el azúcar.
Licua bien las zanahorias con la leche, pásalas a un bol para mezclar y agrega las yemas, la mantequilla y la harina, mezclando muy bien con la batidora, al final agregas las nueces picaditas y las pasas (*).
Una vez bien homogenizada la mezcla la viertes en un molde engrasado y enharinado y llévalo al horno por 30 minutos aproximadamente a 350 °f. Te recomiendo no abrir el horno sino hasta que comience a oler bien a torta, porque si no tiende a bajarse.
Deja enfriar en un sitio fresco y desmóldala cuando esté casi fría.
Se come a temperatura ambiente, o fría. Queda deliciosa con una cucharada de mermelada o helado sobre ella.
(*) previamente, habías puesto las pasas a hidratar, y escurriste sobre papel de cocina, todavía húmedas las enharinas, esto para que luego no se vayan al fondo de la torta.

Por:
Doña Martha Delón de Borges.
Caracas - Venezuela

domingo, 7 de julio de 2013

El queso de cabra se apropia del paladar venezolano



Bien sea tradicional o afrancesado, el queso de cabra ahora se disfruta en todo el país, en un boom que ha encontrado un rápido lugar en las preferencias de nuestro gusto.

La producción de queso de cabra en Venezuela es tan vieja como la de res, solo que las vacas dan más leche y eso incide directamente en los volúmenes de producción. Sin embargo, los estados Falcón y Lara son famosos por su consumo y presencia constante en la mesa.

En la actualidad, la población de ganado caprino en nuestro país no sobrepasa el millar, con un producción de leche que se ubica entre los 13 y 15 mil litros diarios, tan bajas son las cantidades que las cifras oficiales no les otorgan un reglón propio, y llegar a un número más o menos exacto tiene como única fuente los cálculos de los propios productores. La mayor parte de los rebaños se concentran en la región Noroccidental del país, aunque se han ido extendiendo a Nueva Esparta, Carabobo, Miranda y Vargas.

Lo que se conoce como queso de cabra criollo, suele ser semiduro, muy blanco, con un fuerte sabor y olor característico, consecuencia de los malos manejos del rebaño, porque las cabras son animales desaseados y la penetrante fragancia de su orina, en ocasiones contamina los quesos. Los hay básicamente de dos tipos: grasosos que hasta se derriten y los más arenosos que se desmoronan al contacto con las manos. Solo se pueden encontrar en mercados populares y en algunos supermercados de las regiones productoras.
Alma francesa, cuerpo criollo
Más de dos décadas lleva el queso de cabra presente en el menú de los restaurantes. Su uso en ensaladas, pizzas, pastas, sánduches y hasta en pasapalos tiene gran aceptación. El comienzo de su historia en estas tierras se debe a la iniciativa de Carlos Ignacio Pérez, quien en los años 80 trajo al país desde los Estados Unidos, las mejores razas y genealogías.

Pérez narra que el primer rebaño lo conformaban alrededor de 400 cabras de las razas Alpinas Francesas, Nubianas y Toggenburg. Las ubicó en Los Teques donde con mucha dedicación, ensayo y error sacó adelante el proyecto que el mismo denomina, “La Gran Revolución Caprina en Venezuela”.

Prácticamente, todas las cabras con las que hacen quesos “tipo gourmet” y más “industrializados”, descienden de esos primeros animales. Se ha mejorado la calidad de la leche, los índices de producción y los productores tienen un manejo responsable y disciplinado de los corrales y los procesos.

Carlos Pérez Viana – hijo de Carlos Pérez- , tiene su rebaño en Caruao, estado Vargas, toda su producción la ubica en restauración y hasta el momento se ha concentrado en quesos frescos. También heredó de su padre el amor y compromiso a toda prueba por el oficio de pastor y quesero, entonces afirma, “hay que cuidar la genética, que todo esté muy limpio, estar pendiente de separar las hembras de los machos y en especial, controlar los olores. La leche es tremendamente permeable a los aromas”.

Por su parte, Eva Guerón y José María Padial, son famosos por los Quesos de Turgua, en el estado Miranda. Elaboran frescos y madurados, saborizados y más tradicionales, incluso han impreso su huella y además de las pirámides francesas, elaboran un “tipo tepuy”, cuya forma emula a los gigantes del sur.

Los Quesos de Turgua son buscados por amantes de la buena mesa por su calidad, incluso algunos entusiastas se atreven a decir que son tan buenos o mejores que los franceses. Lo cierto, es que Guerón y Padial comenzaron casi por accidente y después de muchas pruebas y relación con cocineros locales, ponen a disposición productos realmente sublimes.

“El olor fuerte de los quesos – dice Padial – es síntoma de excelente salud, porque son madurados gracias a la ayuda las bacterias en la leche. Cuando alguien me dice que hiede, sugiero que lo prueben antes de desecharlo, que están exquisitos, como gusta a los franceses”.

Entre otras iniciativas catalogadas como “gourmet”, se encuentra las de Keremelito con Egleé Franco a la cabeza. Elaborados en Siquire, Los Valles del Tuy donde el pastor Armando Márquez es su socio. Ofrecen un producto que está a medio camino entre el tradicional de Lara y el de los franceses. Además, envasan bolitas de queso fresco sumergidas en aceite, que ellos llaman “perlas”, disponibles de 12 variedades.

Listos para untar

Las dos marcas más populares en Venezuela son Anaké y Las Cumbres. Han puesto de moda los vasitos con sabores de varios tipos, listos para destapar y untar en panes, casabitos o como lo prefiera el comensal, además de una red de distribución que llega a casi todas partes.

Ananké es un proyecto de las ingenieros María Elisa Grimaldi y Marianela García, quienes después de un exhaustivo estudio de negocios sobre las posibilidades del mercado venezolano, encontraron en el queso de cabra una opción y el tiempo les ha dado la razón.

Tienen su centro de producción en Quíbor, estado Lara, y se les endosa la labor de difundir en tierras criollas el concepto de quesos saborizados, pero en dimensiones más comerciales. Han hecho algunas alianzas interesantes, presentando el producto en “combos” con casabitos y jaleas.

La otra gran etiqueta, tiene su terruño en Lara, específicamente en Carora de manos de la familia Semidey Meléndez. Sonia es una talentosa productora que hace desde quesos frescos, madurados, pasando por “perlas”, saborizados, ricotta y hasta mantequilla y suero.

Sonia Meléndez afirma que cuando empezó, “nadie entendía el sabor ligeramente ácido, muy distinto a lo que estaban acostumbrados. Sin embargo, hoy la aceptación es tremenda. Deseo que más allá de un ingrediente para celebraciones y ocasiones especiales, forme parte del día a día, de la lista de compras”.

Sorpresivamente, en una economía en crisis como la nuestra, donde los productores deben saltar todo tipo de obstáculos, el queso de cabra crece, se diversifica, encuentra lugares privilegiados en la mesa, en el gusto y en los recetarios de todo el país.

Por:
Historias de sobre mesa

Caracas - Venezuela

Piñas


Ingredientes:
3 latas de leche condensada.
1 frasco pequeño de mantequilla de maní.
300 grs.  de almendras sin piel.

Preparación:
Llevemos al fuego en baño de María el contenido de las latas de leche condensada y dejamos hervir hasta que esté bien espesa.  Retiraos del fuego y añadimos la mantequilla de maní; mezclamos bien y la llevamos refrigerador en un molde de vidrio hasta que tenga buena consistencia. Tostamos las almendras y cubrimos la preparación anterior.

Por:
Yorman Ramírez
@PrensaCglaca
Mérida – Venezuela.

domingo, 30 de junio de 2013

Colmena de macarrones



Ingredientes:
Salsa bechamel.
1 kg. De macarrones.
350 grs. de champiñones.
250 grs. de mantequilla.
250 grs. de queso gruyere.
2 cucharadas de salsa inglesa.
Ajo al gusto.
125 grs. de petit-pois.
500 grs. de queso parmesano.
Sal y pimienta al gusto.    
       
Preparación:
A la salsa bechamel la dejaremos bien espesa y le incorporamos los quesos, los petit-pois  y la salsa inglesa y reservamos. Los macarrones los salcochamos al dente, dejamos enfriar y cortamos a 3 centímetros cada uno. Tomamos un molde redondo y  lo untamos de mantequilla, luego colocaremos parados los macarrones, rellenándolos con la reparación anterior y lo llevamos al horno por un periodo de una hora a 180 grados en baño de maría.

Por:
Yorman Ramírez
Mérida- Venezuela

@PrensaCglaca.

domingo, 16 de junio de 2013

Pelao Guayanés con Frijoles Blancos


Este plato que se ha convertido en típico de la región guayanesa venezolana, llegó de la vecina Isla de Trinidad, de la mano de los primeros inmigrantes que llegaron al Callao, siguiendo la fiebre del oro y de las minas. Pero aquí tomó más riqueza, porque le agregamos el exquisito aroma del ají dulce, el dulzor del papelón rallado, y el encurtido que es un ingrediente que vino de la mano de los españoles.

Tiempo de preparación: 30 min
Tiempo de cocción: 1 hora
Tiempo total: 1 hora 30 min
Porciones: 12

Ingredientes:

kg de frijoles blancos remojados toda la noche y cocinados en 6 tazas de Agua sin sal (cuando ya están blandos los frijoles se salan ligeramente para que tenga sabor)
1 gallina de 2 ½ kilos cortadas en presas
Taza de aceite
3 cucharadas de papelón rallado
100 g de pimentón en cuadritos
10 ajíes dulces picados en cuadritos (siempre que trabajamos con pimentones y ajíes, se les debe quitar las venas blancas y eliminar las semillas)
2 cebollas grandes doble cinceladas
4 ramas de cebollín picado
1 cucharada de Ajo machacado
3 tomates maduros sin piel picados en cuartos
2 ½ litros de agua
Sal al gusto
1 cucharada de Pimienta negra molida
1 cucharada de comino
1 cucharada de encurtidos picados menudos

Preparación:

En un caldero grande a fuego medio ponemos a calentar el aceite y derretimos el papelón hasta lograr un caramelo, doramos en este caramelo las presas de gallina por todos lados, y dejamos caramelizar 10 minutos, retiramos la gallina y reservamos.
En el mismo caldero sofreímos el pimentón, el ají dulce, la cebolla, el cebollín, y el tomate, removiendo de vez en cuando y dejando cocinar por unos 10 minutos, volvemos a poner las piezas de gallina y le añadimos 1 litro de agua hirviendo sazonada con la pimienta y el comino.
Dejamos hervir a fuego alto durante 10 minutos, tapamos y bajamos el fuego cocinando hasta que la gallina este tierna, agregamos el Arroz y el resto del agua hirviendo, las Alcaparras y el encurtido, tapamos y cocinamos a fuego lento hasta que el arroz absorba el agua.
El arroz queda húmedo, como un asopado, pero el grano debe estar firme, añadimos de ultimo los frijoles escurridos y removemos muy bien para integrar.
Servimos acompañado de casabe bien tostadito, y de alguna ensalada verde.

Por:
Recetas Venezolanas

domingo, 9 de junio de 2013

Turrón de mereyes


Ingredientes:
Merey
Azúcar blanca
Licor de su preferencia

Modo de preparar: Compramos semillas de merey ya tostadas, azúcar blanca,  agua y icor de su preferencia, haremos un sirope, cuando esté a punto de hebra  colocaremos el merey entero o partido según su preferencia, bajamos el fuego batimos para homogenizar la mezcla, seguidamente la colocaremos en un molde o plancha de mármol y dejamos enfriar, la partimos en porciones que deseemos.
Dulce típico del estado Bolívar

Por:
Yorman Ramirez
Mérida – Venezuela
@prensacglaca



domingo, 2 de junio de 2013

Tocinitos del cielo


Ingredientes:
200grs. de azúcar.
1  cucharadita de esencia de vainilla.
12  yemas de huevos.


lunes, 27 de mayo de 2013

Pan de maíz


Ingredientes:
280 grs de leche
200 grs de harina de maíz gruesa (tipo polenta)
150 grs de maíz tierno
135 grs de harina de trigo
115 grs de aceite oliva de su preferencia
40 grs de azúcar moreno
2 huevos
1 cucharadita de mantequilla (para engrasar el molde)
9 grs de polvo de hornea

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domingo, 19 de mayo de 2013

Dulce de leche al estilo del Edo Falcón (Coro)




Ingredientes:

1 Litro de leche (de chivo, cabra o vaca)
¼ Cucharadita de Bicarbonato
1¼ tazas de azúcar blanca.

lunes, 13 de mayo de 2013

Torta quiero más



Ingredientes:
4 huevos
3 tazas de azúcar
3 tazas de harina leudante
2 cucharaditas de bicarbonato
100 grs. de chocolate en polvo o chocolate amargo fundido
1 taza de leche completa
1 taza de aceite (de maíz o girasol)
1 cucharadita de vinagre blanco
1 pizca de sal
1 cucharadita de vainilla.

Opcional:
1 cucharadita de café instantáneo.



domingo, 5 de mayo de 2013

Zanahoria y remolacha: su uso en Venezuela en ensaladas y jugos



La “ZANAHORIA” (Daucus carota), es una verdura de raíz larga, de clima fresco, su color es naranja en Venezuela (aunque también la hay color amarilla clara).
Es alta en carotenos (transformados por el hígado en vitamina A), hidratos de carbono, vitamina C, vitaminas B, potasio, hierro, siendo más baja en magnesio, hierro, fósforo y calcio. Ayuda en problemas digestivos y reduce los gases, protector del estomago, es buena para la visión y la piel, se dice que es un alimento anti cancerígeno por el poder antioxidante de los betacarotrenos, reduce el colesterol, es un alimento alcalino que ayuda a purificar la sangre. Siendo fácil de digerir, la hace un buen alimento para bebes (purés y sopas).
Según estudios es de origen Asiático y del Mediterráneo. Refieren además que los cultivos originales eran de zanahoria color purpura o de color amarillento, y no se sabe cómo pero en algún momento hubo un cruce de plantas y apareció la zanahoria de color naranja (ya cultivada hacia el siglo XVII) y que es más gruesa que las anteriores. Es traída por los conquistadores a América y se hizo popular en nuestras cocinas.
En Venezuela se le consume en ensaladas, sopas y purés, hervidos, agregada a guisos de carne o pollo, en jugos, y en postres adaptados de otros países (como la torta de zanahoria), puede consumirse cocida o cruda.

Sopa de Frijol Bayo



Ingredientes:
2 ½ kg de frijol bayo
Ají dulce
Cebollín
Cabeza de ajo
1 cebolla mediana
Aceite onotado
Sal
Pimienta
Comino
Perejil

domingo, 28 de abril de 2013

El Cuajao de Isabel




Amo el cuajao y suelo hacerlo. La primera vez que lo probé fue en el restaurante Friomar de mi amiga Isabel Marín (“La Negra”) en Boca del Río (península de Macanao), en la isla de Margarita. Por entrenamiento de oficio tengo buena memoria gustativa, de allí que no me fue difícil replicar la receta en casa. Con el tiempo le fui dando mi toque personal. Cada vez que hacía la receta tenía claro que en algo importante estaba fallando. Podía entender las variaciones de sabor de los ingredientes distintos que yo había introducido, pero esta falta que hacía que mi cuajao no fuera como el de Isabel, era algo más complejo. Estaba mas allá de los ingredientes. Finalmente logré descubrir el truco de Isabel, pero de eso les cuento un poco más adelante.

domingo, 21 de abril de 2013

Carne ensartada con folklore



Piezas de carne de res atravesadas por chuzos de madera, lentamente cocidas al calor de las brasas de leña. Se trata posiblemente del platillo criollo más primitivo, con un futuro incierto, pero famoso por su versión comercial
La carne en vara tiene infinidad de acepciones en el paladar y en el imaginario criollo: fiesta, celebración, carretera, llano, tradición. Posiblemente, se trata de una de las preparaciones más primitivas y básicas de nuestra culinaria. Forma parte de una puesta en escena, porque no es cotidiana, ni individual, ni rápida, ni triste, ni se hace por salir del paso y por nada del mundo, sin intención.
Su origen es la derivación de la “ternera llanera o criolla”, una práctica casi en extinción, muy documentada o referida en textos, cantos y poemas desde mucho antes de la gesta independentista, donde se gritaba sin reparos “¡Viva la revolución y muera el ganado!”.
Actualmente, se puede encontrar en restaurantes que la sirven exclusivamente o en expendios a la orilla de la carretera.  El experto Otto Gómez, autor del libro “Nuestra Carne”, afirma que en esos casos es una terrible imitación y tomamos el nombre de Colombia donde se elabora de manera similar. Pero en ambos países tienen en común la herencia andaluza, quienes a su vez aprendieron esta práctica de los beduinos, famosos por cocer de este modo la carne de cordero en medio del desierto.
Gómez puntualiza, que la carne en vara que se come en nuestro país es de mala calidad, con cortes de procedencia dudosa, de mal sabor, duro al paladar y a la mandíbula. En el caso de los restaurantes, compran preparados los cortes en las carnicerías, sirviéndose de un verdadero “show de las carnes”, ensartando piezas comerciales en varas de madera.

Rica joya en extinción

La verdadera joya de esta historia es la “ternera llanera o criolla”, manera de preparar la carne en los llanos venezolanos y colombianos. Se trata de una técnica de campo económica y efectiva, donde todo está a la mano. El investigador Rafael Cartay afirma “propia de una economía ganadera (…) Mientras la carne se asa lentamente (…) la gente conversa y bebe licor en un escenario que tiene mucho de fiesta y aire dominical”.
Esta preparación se realiza “trinchando los trozos de carne con la piel todavía pegada, en chuzos o varas largas afiladas usualmente obtenidas a partir de ramas de Guayabo, Drago o Sangredrago, Caujaro  o Coco’e mono”, explica Gómez, la que solo se adobada con sal y, en casos extraordinarios, con ajo. Se trata de un proceso aséptico donde la carne del animal no toca el piso y se procesa antes que sufra rígor mortis.
Para probar una “ternera llanera” prácticamente hay que tener la suerte de contar con un amigo o conocido ganadero, que como manera de agradecimiento, agasajo o celebración mande a sacrificar una res, en un proceso que dura aproximadamente ocho horas, que comienza con el sacrificio del animal al amanecer.
Gómez narra que solo ha asistido a dos en su vida, en un acto extraordinario donde se despieza y cocina lentamente al animal. Todo se transformará al calor del fuego: patas, cuerpo, cola, cabeza, vísceras. Un festín donde cada trozo posee su lugar y su nombre.

Ocho horas de festín

La ternera llanera prácticamente es un maratón, una versión criolla del programa de televisión “man vs. food”. Cada corte tiene un nombre tomado de su similitud con animales o escenas del llano, en una trama que parece ideada por el propio Horacio Quiroga. Se respeta estrictamente el orden de un guión no escrito, pero que los asadores conocen al pie de la letra y obedece a las características de cada pieza y tiempo de cocción
El primero en aparecer es “la raya” sacada de la nalga, luego “las osas” procedentes de la cabeza. Le sigue “la garza” extraída de la ingle. Continúan con “el caimán” venido del pecho. Todos estos cortes conservan la piel.
Se procede con “el entreverado”,  que se arma “con trozos de vísceras, generalmente de pajarilla (bazo), corazón, chinchurria (intestino delgado), riñones, hígado y pulmón. Todos esas piezas van usualmente en una sola vara, envueltos en una tela de la grasa de la panza de la res que se había apartado preliminarmente, y se pone a asar cuidando que no tenga fuego directo sino más bien calor fuerte. Debe quedar todo bien cocido y de acuerdo a los entendidos, constituye algo único”, describe Gómez.
El proceso continúa con los costillares grandes llamados “cachamas”, como el pez abundante en ríos llaneros. Siguen con las herraderas o patas traseras, luego sacan las piezas sin piel como pollos de res, pulpas, muchachos cuadrado y redondo, chocozuela  y latigazos. Se terminan con partes del pescuezo llamados “primos” y “los tembladores” o músculos paralelos, por su parecido con los peces.
Todos estos cortes se asan generalmente “a la llanera”, es decir, se cortan las carnes delgadas y se ensartan o “enchuzan” en varas de madera que se recuestan al “burro” – construcción de madera que se arma encima y alrededor de la hoguera – o simplemente se clavan en el suelo, donde se les da la inclinación o la distancia necesaria.
Tanta carne se acompaña con topochos, arepas, yuca sancochada, un buen ajicero de leche y en algunos casos caraotas, mientras se hacen sellan amistades, precisan negocios, activismo político, ceremonias, se habla y hasta se corteja.
Bien expresó sobre esta delicia Ramón David León, “la historia nacional demuestra que en los sufragios populares un trozo de carne asada desarrollaba más persuasión que una propaganda palabrera…”

Por:
Historia de sobre mesa .
Así Somos con Gusto de la edición de Abril de la revista “Bienmesabe”

domingo, 14 de abril de 2013

Caraotas negras a la caraqueña



Ingredientes:

1 kg de caraotas negras.
1 cucharadita de bicarbonato
1 cebolla grande
1 pimentón verde mediano
6 dientes de ajo
1 cucharadita de comino (o más al gusto)
1 ramito de cilantro
¼ taza de aceite vegetal (de oliva)
3 tiras de tocino
2 patitas de cochino 

(*)(*) Se puede sustituir por una rodilla de puerco ahumada picada en trocitos, o por dos o tres chuletas de puerco ahumadas sin hueso y picadas en cuadritos.

Preparación:

Las caraotas se seleccionan de buena calidad, sobretodo que sean blanditas, (al hacerle presión con la uña esta se marca).

En la noche anterior se escogen para quitarles todas las piedritas y hojitas que tengan, se colocan en un recipiente con agua con la cucharadita de bicarbonato, el agua debe quedar por lo menos dos dedos por encima del grano (ya que crece un poco), se revuelve y se retiran todos los granos que floten y se tapa y se deja que pase toda la noche.

Al día siguiente se lavan muy bien con abundante agua y se montan al fuego con agua suficiente a que queden cubiertas, de le agrega el pimentón verde sin semilla y cortado en cuatro pedazos, al comenzar a ablandarse se le agregan las patitas de cochino (*), se dejan que ablanden, reponiendo el agua que se pierda. Todo ello antes de ponerle sal, pues de lo contrario no se ablandan.

Una vez blandas, se le pone la sal y aparte en un sartén con el aceite se pone a dorar el tocino picado en cuadritos, la cebolla picadita y el ajo machacado cuando estén dorados (casi quemados) se le agregan a las caraotas y se le pone el punto de comino.

Se dejan a fuego lento a que espese el caldo (**) y que tomen el gusto del aliño, siempre es bueno dejarles algo de caldo, pues así quedan más sabrosas; unos 10 minutos antes de apagarlas se le agrega el remito de cilantro picadito.


Si las caraotas se hacen para comerlas con azúcar (a la caraqueña) se hacen bajas en sal, y el azúcar (papelón rayado) se le agrega al momento de servirlas; otra forma de comerlas es agregándole dos o tres cucharadas de arroz blanco. En algunos sitios se comen acompañadas de sardinas en lata; y no les queda nada mal un chorro de aceite de oliva al momento de ser servidas.

Por:
Recetas de Doña Martha
Recetas de Cocina de Mi Madre Martha Delón de Borges